Prácticas empresariales éticas: ¿Por qué son importantes y cómo aplicarlas?
La honestidad y la ética son valores fundamentales en cualquier ámbito de la vida. En el caso de la consultoría de empresa, estos valores son cruciales ya que los clientes confían en las empresas para que les brinden servicios confiables de calidad.
La honestidad y la ética son esenciales para mantener la confianza de los clientes y para construir relaciones duraderas con ellos.
Es importante ser transparentes con nuestros clientes. Cuando una empresa es honesta con sus clientes, estos se sienten más cómodos en su relación contractual. Además, la honestidad también ayuda a las empresas a evitar problemas legales y financieros (compliance).
Por otro lado, la ética es importante porque ayuda a las empresas a tomar decisiones correctas y justas. «Como uno hace una cosa, así lo hace todo».
Las empresas éticas se preocupan por el bienestar de sus clientes y empleados, así como por el impacto que tienen en la sociedad y el medio ambiente. Las empresas éticas también son más propensas a cumplir con las leyes y regulaciones aplicables.
📌 La honestidad y la ética son ejes fundamentales para cualquier empresa que brinde servicios de consultoría y/o empresariales en general.
Estos valores ayudan a las empresas a mantener la confianza de sus clientes, construir relaciones duraderas con ellos y tomar decisiones correctas y justas. Además, las empresas que se adhieren a estos valores también son más propensas a evitar problemas de toda índole.
¿Cómo se puede implantar una cultura de honestidad y ética?
El primer paso fundamental es establecer políticas claras y crear una cultura de transparencia. Establecer normas y estándares específicos para fomentar la conducta ética y crear un sistema de recompensas.
Establecer sistemas de supervisión y seguimiento para garantizar que se cumplan las políticas de ética de la empresa. Establecer sanciones para quienes no las cumplan.
Promover una cultura de responsabilidad y respeto entre los empleados. Fomentar un ambiente de respeto y confianza.
Fomentar la formación continua en ética y honestidad. Establece programas de capacitación que ayuden a los empleados a comprender mejor los conceptos de honestidad y ética.
Habilitar un sistema de quejas transparente para que los empleados puedan reportar problemas de ética y honestidad. Establecer canales de comunicación para que los empleados puedan presentar sus quejas de forma anónima.
Y sistemas de incentivos, con bonificaciones y recompensas para los empleados que ejemplifican estas cualidades.
Beneficios de las buenas prácticas:
Las prácticas empresariales éticas pueden beneficiar a su empresa de muchas maneras. Algunas de ellas son:
– Pueden mejorar su reputación y credibilidad. Es más probable que los clientes confíen y apoyen a las empresas que actúan de forma ética y responsable. También es más probable que los inversores inviertan en empresas que tienen un buen historial ético y evitan escándalos y demandas.
– Pueden mejorar el compromiso y la retención de los empleados. Es más probable que los empleados se sientan motivados y leales a las empresas que les tratan con justicia y respetan sus valores. Las empresas éticas también atraen y retienen talentos que comparten su visión y misión.
– Pueden aumentar la satisfacción y lealtad de sus clientes. Es más probable que los clientes estén satisfechos y sean leales a las empresas que ofrecen productos y servicios de calidad, respetan su privacidad y sus derechos, y atienden sus quejas y comentarios.
– Pueden reducir sus costes y riesgos. Las empresas éticas pueden evitar multas, sanciones y gastos legales derivados de acciones poco éticas o ilegales. También pueden reducir su impacto medioambiental y ahorrar recursos adoptando prácticas sostenibles.
¿Cómo aplicar prácticas empresariales éticas?
La aplicación de prácticas empresariales éticas requiere el compromiso de la alta dirección y la implicación de todos los empleados. Estos son algunos pasos que puedes dar para implantar prácticas empresariales éticas en tu empresa:
– Define los valores. Todo el mundo en tu organización debe estar familiarizado con sus valores empresariales. Son las creencias fundamentales que guían sus decisiones y acciones. Puede crear una declaración de misión, una declaración de visión y un código ético que reflejen sus valores y comunicarlos a sus empleados, clientes y partes interesadas.
– Decide las medidas disciplinarias adecuadas. Debes contar con políticas y procedimientos claros para hacer frente a comportamientos poco éticos o ilegales en la organización. Debes aplicar estas políticas de forma coherente y justa, independientemente del cargo o la situación del infractor. También debes proporcionar canales para denunciar conductas indebidas y proteger a los denunciantes.
– Exige a los directivos un alto nivel de cumplimiento. Sus líderes marcan la pauta y dan ejemplo al resto de la organización. Deben demostrar un liderazgo ético actuando con integridad, honestidad, transparencia, responsabilidad y respeto. También deben fomentar el comportamiento ético entre sus subordinados proporcionándoles retroalimentación, reconocimiento y apoyo.
– Incentivar el comportamiento ético. Debes recompensar el comportamiento ético y desalentar el comportamiento poco ético en tu organización. Puedes utilizar evaluaciones de rendimiento, primas, ascensos, premios u otras formas de reconocimiento para reconocer a los empleados que actúan de forma ética. También puedes utilizar la capacitación, la tutoría o el asesoramiento para corregir a los empleados que actúan de forma poco ética.
– Debes recordar regularmente a tus empleados la importancia de la ética en tu organización. Puedes utilizar boletines, carteles, reuniones, talleres u otros métodos para comunicar cuestiones y expectativas éticas. O utilizar estudios de casos, escenarios o dilemas para estimular los debates éticos y la toma de decisiones.
– Participa activamente en tu comunidad. Debes demostrar tu responsabilidad social contribuyendo al bienestar de tu comunidad. Puedes participar en causas benéficas, actividades de voluntariado, iniciativas medioambientales u otros proyectos sociales que estén en consonancia con sus valores y objetivos. También puedes colaborar con otras empresas u organizaciones que compartan su visión ética.
– Contrata a un abanico diverso de empleados. Debes adoptar la diversidad y la inclusión en tu organización mediante la contratación de empleados de diferentes orígenes, culturas, géneros, edades, capacidades o perspectivas. La diversidad puede enriquecer tu organización aportando diferentes habilidades, experiencias, ideas y opiniones. También puede ayudarte a comprender y atender mejor a tus diversos clientes.
– Controla a tus proveedores. Debes asegurarse de que sus proveedores cumplen las mismas normas éticas. Antes de firmar un contrato con ellos, debe actuar con la diligencia debida. Debe comprobar que cumplen las leyes, los reglamentos, los derechos humanos, los derechos laborales, las normas medioambientales y otros criterios pertinentes. También tienes que auditar periódicamente su rendimiento y abordar cualquier problema o preocupación.
Las prácticas empresariales éticas no sólo son buenas para la sociedad, sino también para las empresas. Al implantar prácticas empresariales éticas en nuestras organizaciones, podemos crear un impacto positivo en nosotros mismos, en los empleados, sus clientes, las partes interesadas (stakeholders) y nuestras comunidades.
William Bruce Cameron: «No todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar» …
Autor:
«Tradicionalmente el oficio de consultor, ha requerido de pasión y abnegación por el trabajo bien hecho. Particularmente disfruto mucho con mi trabajo, la mayor parte del tiempo que dedico al mismo. De hecho, siempre me ha gustado ir más allá y ponerme en la piel de nuestros clientes, entender y aprender de sus actividades. El cumplimiento promueve una cultura empresarial ética, transparente y responsable.»